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Editorial

La Pandemia del Poder

La prolongación de la pandemia está ocasionando efectos vinculados, precisamente, al tiempo transcurrido en condiciones de aislamiento preventivo. Para muchos, la cuarentena constituye una saludable auto-reclusión (o auto-imposición) necesaria para prevenir más muertes, pero para otros es cuestionada por sus devastadores efectos colaterales.
Más allá de dichos cuestionamientos, la pandemia permitió visibilizar situaciones socio-políticas pre-existentes.
Como prueba de ello me remito a algunos párrafos expresados por filósofos que preanunciaban un contexto global, tan sólo exacerbado por la cuarentena.

 

 

El filósofo coreano contemporáneo Byung-Chul Han (1959) hace referencia a las auto-imposiciones como manifestaciones de sometimiento al sistema de poder vigente.

En su libro “Sobre el Poder” (2018), relata que “el acontecimiento del poder no se agota en el intento de vencer la resistencia o de forzar una obediencia. El poder no tiene porqué asumir la forma de una coerción. Lo que atestigua el hecho de que se forje una voluntad adversa que se enfrente al soberano es justo la debilidad de su poder. Cuanto más poderoso sea el poder, con más sigilo opera. Cuando tiene que hacer expresamente hincapié en sí mismo, ya está debilitado”. “Es un signo de poder superior cuando el súbdito quiere expresamente, por sí mismo, lo que quiere el soberano, cuando el súbdito obedece a la voluntad del soberano como si fuera la suya propia, o incluso la anticipa”. “Un poder superior es aquel que configura el futuro del otro, y no aquel que lo bloquea. En lugar de proceder contra una determinada acción del otro, el poder influye o trabaja sobre el entorno de la acción o sobre los preliminares de la acción del otro de modo que el otro se decide voluntariamente, también sin sanciones negativas, a favor de lo que se corresponde con la voluntad del yo. Sin hacer ningún ejercicio de poder, el soberano toma el sitio en el alma del otro”.

En consonancia con Byung-Chul Han, el filósofo francés Michel Foucault (1926-1984) y el filósofo italiano Giorgio Agamben (1942) enfatizan al concepto de “Biopolítica” como “una forma específica de gobierno que aspira a la gestión de los procesos biológicos de la población”. Si bien durante años los cuerpos fueron considerados por los gobernantes como entes a los que había que educar, disciplinar y corregir, luego pasaron a ser considerados sujetos-objetos que podrían ser regulados en términos biológicos (natalidad, longevidad, salud, asunción de la sexualidad, etc.).

Muchos pensadores señalan que si bien occidente no vive (aún) en el marco de una sociedad disciplinaria, la actualización de dispositivos tales como los sistemas de vigilancia, el celular, las redes sociales, internet, las tarjetas de crédito, el blockchain y todo el imperio de la imagen, nos está introduciendo en el modelo de las “sociedades de control”, donde la capilaridad del poder (político o económico) ya no estaría regida por lo disciplinario, sino por instancias más sutiles e “hipnóticas” como la seducción, el hedonismo, el estímulo al consumo o a las biotecnologías, pre-configurando nuestras elecciones. Y hago hincapié en que no estoy haciendo referencia exclusivamente a un partido político, a una corporación, a una ideología o a un país en particular, ya que esta situación es global (El “panóptico” de Foucault, o bien una “pandemia socio-política contemporánea”). Es simplemente una percepción del mundo en la era que nos toca vivir. Ante estas situaciones surgen interrogantes que el devenir irá respondiendo: ¿Es la tecnología un “oxímoron digital”? (Ya que nos interconecta y a su vez nos aísla). ¿Es una utopía pensar una contra-revolución digital en la sociedad pos-pandemia, prescindiendo de los artefactos tecnológicos de control sobre los cuerpos? ¿Burbuja sanitaria o Auto-reclusión? ¿Auto-determinación o pseudo-libertad? ¿Podremos elegir como queremos vivir en el futuro, o nos “auto-impondremos” las únicas opciones válidas provistas por la sociedad “panóptica” vigente?

Curador: Dr. César Eisner. BAAC Director General